Legislando lo que prosperó anárquicamente

Publicado por Norberto Herz el
Es claro que el titulo es tendencioso. Decir que Internet es un ente anárquico es, desde mi humilde opinión, una falacia no menor. Internet contiene lo que un numeroso grupo de individuos (personas físicas o jurídicas) publica, al menos conceptualmente y sin entrar en detalles técnicos que no aportan al tema a desarrollar. Estas personas se rigen por legislaciones existentes (algunas correspondientes a sus países y otras comunes al globo). Si yo violo una ley existente, ya sea por publicar un contenido no debido en una red, o por arrojar basura en la vía pública, no estoy realizando nada que no ocurriera antes de internet (masiva). Lo que quizás provee internet es cierta impunidad que brinda el anonimato. Estas características permitieron que internet se desarrollara y llegara a ser el lugar en donde millones de personas podemos compartir contenidos y potenciar nuestras capacidades. Quienes entendemos internet no podemos imaginarla de otra manera. Y creo que aquí es momento de mencionar algo que puede ser controversial: "No es incorrecto legislar internet". Todos podemos querer que nuestros derechos de autor se vean resguardados al tiempo que queremos utilizar el medio que facilita su "violación" para difundir lo que queremos proteger. Probablemente, si el cine no fuera un gran negocio, su difusión sería limitada, y eso también sería una lástima. Lo que creo que no se puede dejar de lado, es el análisis COSTO-BENEFICIO de aplicar una ley. De alguna manera, se realiza este análisis (quizás de forma implícita) ante situaciones mucho más graves. Por ejemplo: tras muchos años de ver CANSADOS, que los accidentes de tránsito causados por conductores ebrios se cobran miles de vidas al año, nadie piensa en prohibir el alcohol. Se sigue penalizando su consumo al momento de manejar. Prohibir el alcohol sería, teóricamente, una medida más eficaz para evitar tragedias (Enorme beneficio). Pero el costo es también muy elevado, y sobretodo corta libertades. Si yo soy una persona responsable, que quiere disfrutar un buen vino con un plato de carne, sería ilógico que esta práctica se me prohíba (al menos bajo las normas culturales de mi región). Prohibir el alcohol, cambiaría rotundamente los hábitos de los individuos. Transformaría el objeto a legislar en algo completamente distinto. Imponer una legislación demasiado estricta sobre internet, haciendo que sitios que funcionan como herramientas para compartir todo tipo de contenidos, cierren, es cambiar la escencia de lo legislado: empeorar internet, prohibirme cenar con vino, enjaularme por ser Argentino.
Pero más allá del análisis conceptual y el impacto negativo que tendría sobre internet, la aplicación de las leyes que intentaron aprobarse, e incluso más allá de lo retrógrado que esto sea (hoy noté el inmenso retroceso tecnológico y cultural que representa haber tenido que resguardar archivos de una cuenta de MediaFire en el disco rígido de una PC, y dejar de compartirlos en caso que este sitio cierre), lo que molesta, es la motivación. No hay una motivación real de cuidar a un artista (ya sea escritor, cineasta, músico o fotógrafo). La intención real, es no perder un negocio. Y no voy a juzgar a nadie que quiera conservar su medio de vida. Ni siquiera voy a juzgar a aquellos que quieran conservar su billetera abultada gracias a sus negocios.

Pero sí me animo a juzgar a todos aquellos quienes en lugar de pensar creativamente, para adaptar sus negocios a nuevas eras, intenten imponer restricciones que modifiquen la escencia de una herramienta que fomenta la generación y sinergia de conocimiento, en pos del beneficio propio y sobretodo, la comodidad. Y luego de juzgarlos, me gustaría poder castigar, a todo aquel que además de intentarlo, lo haga por la fuerza, gracias a los favoritismos que un gobierno, y sus servicios de inteligencia, pueda tener, imponiendo el miedo con "castigos ejemplares" sentenciando a cárcel a personas que desarrollaron un negocio montado en software que permite almacenar archivos, pero dejando impunes y fomentando genocidios.