SPAM - Caso Real

Publicado por Norberto Herz el

Quienes entendemos (y un poco más) de tecnología, solemos advertir, explicar, retar a nuestros conocidos y familiares cuando vemos que están usando mal el mail. En particular, un concepto simple pero que siempre se suele dejar de lado (por desconocimiento u olvido, a todos nos puede pasar).

Para principiantes

Cuando enviamos un mail, tenemos que especificar las direcciones de los destinatarios. Pero hay 3 formas de hacerlo:

  • Para: A quienes está dirigido el mail. Todos los destinatarios pueden ver las direcciones que se escriban en este campo.
  • Copia Carbón: Gente en copia porque no son los principales destinatarios, pero queremos que estén enterados. Todos los destinatarios pueden ver las direcciones que se escriban en este campo.
  • Copia Oculta: Gente a la que queremos que le llegue el mail, sin que los demás se enteren. Nadie más que el remitente y el destinatario puede ver las direcciones que se escriban en este campo.

Y es esta última opción la que sugerimos/rogamos utilizar cuando no podés evitar mandar ese PPT con música de fondo y fotos de volcanes o cachorros siendo salvados por bomberos voluntarios. Es decir, si lo vas a mandar de todos modos, y a un montón de gente, al menos no publiques/compartas las direcciones con todo el mundo.
Personalmente me dio buenos resultados explicar por qué está mal compartir las direcciones. Al enviar estas direcciones, y ser públicas para cualquiera, quien la recibe puede utilizarla para enviarme contenido que no me interesa (lo cual, en gran volumen, representa una molesta pérdida de tiempo). Pero aún peor: Muchos de tus contactos de confianza van a reenviar tu mail (porque les resultó digno de ser compartido) y a su vez, sus contactos lo reenviarán en una cadena que podría propagarse hasta que todos hayamos recibido ese mail (quizá más de una vez).
En toda esa cadena, al menos uno de los eventuales destinatarios, se dedica a recolectar direcciones de mail y armar “bases de datos” de los mismos. Estas bases de datos, o listas con gran cantidad de contactos tienen gran valor para empresas que publicitan sus productos y/o servicios vía internet, y por lo tanto, están dispuestas a pagar por ellas. Al final del recorrido, lo que ocurre es que uno empieza a recibir mail no solicitado, de interés nulo, y en abundancia.

Caso real

Esta mañana, un empleado de una compañía dedicada a proyectos de inversión, envió las novedades e imágenes de la demolición de un espacio para un nuevo emprendimiento. Mis felicitaciones a ellos, de paso. Yo no conozco a esta persona, por lo que estimo que obtuvo mi mail gracias a alguna cadena previa enviada de manera incorrecta. Pero aquí lo curioso: Puso a todos los destinatarios en el campo “Para”. Si, ese error que un familiar comete y al que le advertimos, explicamos, retamos, fue cometido por un profesional de la industria del envío del mail masivo (probablemente certificado por el instituto nacional del envío de correo electrónico y otras competencias altamente redituables, mejor conocido como el INdEdCEyOCAR). Y obviamente, si a un familiar se lo marco, cómo no arremeter ante tal falta de profesionalismo. Respondí su mail moviendo a los otros destinatarios desde el campo “Para” al campo “Copia Oculta” (si bien el mal estaba hecho, con esto evitaba cualquier problema que pudiera surgir por algún “Responder a Todos”). Puse en el campo “Copia Carbón” la dirección info@laempresaencuestion.com (que obtuve de internet) a modo de “comunicame con un supervisor”. Y escribí mi respuesta:

Hola XXXX,
Te agradecería que la próxima vez que envíes un correo no solicitado (A.K.A SPAM) lo hagas utilizando la opción Copia Oculta (o BCC) para que no todos puedan ver mis datos de contacto así como yo no debería ver los datos de todas las personas que están recibiendo este mensaje.
Atte.

Aparentemente, el mal ya está hecho. Uno tiene a minimizar estas cuestiones al nivel de “bueno, como mucho, recibis correo no deseado”. Pero al poner en copia (oculta) a las otras víctimas de esta práctica ocurrieron algunas cosas que habitualmente se nos pasan por alto.

Consecuencias

  • Muchas de las direcciones de destino eran pertenecientes a mails laborales. Es decir que esta gente podrá empezar a recibir SPAM en sus correos laborales.
  • 30 de Julio: Muchas de las personas tenían configurado la respuesta automática “Estoy de vacaciones hasta el día tal”. Es decir que, cualquiera de estas 400 personas podría saber que alguien (con nombre y apellido) probablemente no esté en casa hasta dentro de unos días. Y déjenme decirles que, obtener el domicilio y otros datos de una persona con solo tener su nombre no es precisamente algo demasiado complicado (aunque no sea exacto).
  • Las direcciones inexistentes (o inválidas) son informadas ya que uno recibe el correo típico de “Correo no entregado” (Undelivered mail). Por lo que puedo asumir que las demás direcciones son válidas y usarlas con fines comerciales.

En mi caso particular, las posibilidades que acabo de mencionar no se encuentran dentro del grupo de mis actividades, lo cual deja conformes solo a quienes me conocen y confían en mi. El resto puede dudar. Pero hay otras 399 personas en esa cadena. 399 personas que tienen mi dirección de correo. 399 personas que quizá tengan tu dirección de correo.

Es una época en donde lo que podemos hacer sentados en nuestros escritorios es cada vez más crítico. Podemos transferir dinero, contar nuestro itinerario, publicar nuestro estado de ánimo, mostrar fotos, publicar nuestros pensamientos y opiniones libremente, entre otras. Pero cada acción que hacemos, puede ser observada por otros. El uso consciente de las herramientas informáticas es la única forma real de asegurarnos que esos otros, sean el público al que apuntamos y nadie más.