Si ya tengo su atención, déjenme decirles que este no es el artículo donde se vaya a explicar el significado de la teoría, el cual se puede encontrar en un sin fin de lugares. De todos modos se va a tratar de manera general, ya que estamos hablando del tema. Este artículo es más bien acerca de las trampas en las que cae la gente cuando intenta leer gente, y de cómo el mal uso de esta teoría puede llevarnos a perdernos mensajes importantes.
De manera resumida, la teoría “dueño vs. víctima” dice que hay (al menos) 2 tipos de actitudes cuando enfrentamos una situación, y que además, usamos diferentes lenguajes dependiendo de la actitud que hayamos tomado. Voy a usar un ejemplo al azar de este artículo, pero por favor, léanlo entero para entender mejor el concepto si es que todavía no lo conocen:
- Víctima: Me vuelve loco!
- Dueño: Me vuelvo loco cuando esto pasa.
Habiendo dicho esto, la teoría puede ser usada por cualquiera que esté intentando mejorar sus capacidades de comunicación, o por gente intentando identificar este comportamiento en otros (colegas, parientes, famosos, etc). El artículo está principalmente orientado a este segundo grupo.
Un comportamiento repetido
Recuerdo (quizás) 15 años atrás, mucha gente hablando de PNL (que en realidad había sido estudiada y desarrollada en la década del 70). Se volvió popular entre mi círculo profesional, principalmente porque se enseñaba en la universidad por algunos profesores que hablaban del tema como si fuera una especie de superpoder que se podía desarrollar simplemente leyendo un par de libros, y aprendiendo algunos trucos para finalmente leerle la mente a alguien. Los ejemplos que se daban durante las clases eran adoptados rápidamente por los estudiantes y, lo que es peor, todos pensaban que analizar señales independientes era el uso correcto de este nuevo superpoder. Entonces, si mirabas arriba a la derecha, estabas usando la parte creativa de tu cerebro, ergo, estabas imaginando algo, y por lo tanto, estabas mintiendo. La gran trampa: No se puede aislar una expresión y sacar una conclusión. Las expresiones son evaluadas en conjunto, y lo que es más complicado, no se analizan sino que se perciben. Hay un punto en el cual se está lo suficientemente entrenado para empezar a “tener impresiones” más allá de lo que se está diciendo, pero sin entender del todo qué es lo que nos llevó a tener esa impresión. Se vuelve natural. De todos modos, no importa que tan buenos nos volvamos, si todavía estamos intentando “leer gente” lo estamos entendiendo todo mal. PNL es acerca de entender que las personas se comunican de maneras diferentes, y de esa forma, contar con más herramientas para entender y enviar mejores mensajes.
Vi a “usuarios” de la teoría “Dueño vs. víctima” caer en esta misma trampa, convirtiendo este maravilloso concepto en una máquina de etiquetar ¿Cuál es el objetivo de meter a alguien en la caja de víctimas?
Trucos sencillos para escapar de este patrón
- Conocer la teoría en profundidad: Puede que hayas escuchado al respecto en el pasillo, o como una conversación al pasar en medio de una reunión. Incluso puede que hayas leído algún artículo incompleto (como este). El buen material siempre va a hablar de los orígenes de la teoría y su potencial al momento de ayudar gente a superar situaciones complicadas.
- Intentar tomar un enfoque holístico: Comentar acerca de una frustración en voz alta de vez en cuando no convierte a nadie en una “víctima” (del mismo modo que encargarte de algún problema cada tanto no te convierte en un dueño). El contexto lo es todo cuando analizamos comportamientos.
- Evitar etiquetar personas: “Ella es dueño” o “El es víctima” son solamente válidos si te referís a que alguien está en un estado en un momento particular. Si no pensás que esta realidad puede cambiar ¿para qué invertir tiempo intentando entender la teoría?
- Comprender que hacer: Detectar este tipo de conducta puede tener un impacto tremendo para el equipo y la compañía. Pero primero tiene que ser útil a la persona a la que querés ayudar a manejar un problema.
- Evitar utilizarla en la conversación: “Noté que utilizas algo de lenguaje de víctima cuando hablás” es definitivamente una mala forma de abordar a la persona. Primero que nada, es tan solo nuestra impresión. En segundo lugar, solamente expone algo que es obvio para nosotros, pero no está agregando ningún valor en el camino a superar la fase. Mejor intentar con “Ey ¿estás teniendo problemas con esto?”.
- Ser honesto con uno mismo: ¿Qué tan a menudo nos prestamos atención y analizamos si no estamos en ese lugar? ¿Cómo lidiaríamos con eso? ¿Serviría nuestra experiencia para otros en esa situación?
- Evaluar la situación uno mismo: Esto no debería ser una excusa pero, ¿alguna vez notaste a una víctima utilizando lenguaje de víctima? Esto se debe a que una víctima ES una víctima. Por lo general, es casi imposible cambiar esa realidad. Pero ayudar a alguien a procesar esa realidad de forma diferente es más sencillo y factible.
- Buscar un mentor: Si considerás que no estás siendo capáz de ayudar a alguien y que podés mejorar, identificá a gente que sea muy buena analizando conductas y pediles ayuda y coaching para dominar el arte de ayudar a alguien más